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LA ESCLAVITUD EN EL SIGLO XXI

02/12/2024

El 2 de diciembre es el Día Internacional Para la Abolición de la Esclavitud. Las Naciones Unidas instituyeron este día para denunciar y concienciar la existencia de situaciones de esclavitud sufridas por millones de personas en el planeta.

La esclavitud parece una cosa del pasado, pero es una lacra que pervive en nuestros días, adoptando distintas formas: explotación sexual, trabajos forzados, mendicidad forzada para terceros,  reclutamiento forzoso en grupos armados, explotación de las condiciones laborales, extracción y comercio de órganos humanos, etc.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado este año su segundo informe “Ganancias y pobreza: aspectos económicos del trabajo forzoso”. Según se desprende del mismo, la situación mundial ha empeorado desde que publicó el primer informe hace un decenio, en el año 2014. No sólo han aumentado el número de personas explotadas, sino también las ganancias que consiguen los explotadores.

Los autores del informe han calculado que en el año 2021 había 27,6 millones de personas en el mundo en situación de trabajo forzoso en un día cualquiera. Tal como se explica en el mismo, ninguna región del mundo está libre del trabajo forzoso. En Europa y Asia Central se estima que la tasa de prevalencia de personas que son víctimas de esta situación alcanza a 4,4 personas de cada mil.

De estos 27,6 millones de personas explotadas, se calcula que 6,3 millones padecen explotación sexual comercial forzosa. De estas personas el 78% son mujeres o niñas.

La explotación laboral se produce fundamentalmente en el ámbito de la economía privada (un 86% frente al 14% del trabajo impuesto por Estados) destacando por sectores de actividad la industria (minería, manufacturas y construcción) con un 37%, los servicios (comercio, transportes, entretenimiento, …) con un 32%, la agricultura con un 12%, el trabajo doméstico (8%) y otros (12%).

El informe explica que las personas en situación de trabajo forzoso padecen distintas formas de violencia, coacción o amenazas para obligarlas a trabajar. Muchas de ellas sin percibir salario o recibiendo una mínima retribución con la que han de hacer frente al pago de falsas deudas.

El informe calcula que las ganancias generadas por el trabajo forzoso alcanzan los 236 mil millones de dólares anuales.

Los autores del informe hacen un llamamiento para que se persiga criminalmente a los explotadores y se incrementen las medidas de inspección de trabajo. Asimismo, insisten en que se instauren medidas para abordar las causas profundas que generan estas situaciones. A la vez piden que se potencie la protección social, la educación, la buena gobernanza en la educación, la libertad de asociación de los trabajadores y la formalización de la economía informal.

Sin duda, las guerras y la crisis climática, que generan la migración forzada de millones de personas, constituyen una de las principales causas de la explotación laboral de millones de personas. Provocan que las víctimas de estas situaciones acaben en manos de mafias y explotadores laborales.

El racismo, la discriminación étnica y sexual también se hallan en el origen de la explotación laboral.

La lucha por la eliminación de las distintas formas que adopta la esclavitud moderna implica fundamentalmente a los Estados y a las grandes corporaciones económicas. Ahora bien, la ciudadanía  no puede permanecer ajena ni indiferente. Nos corresponde denunciar estas situaciones y exigir mayor implicación de los gobiernos, así como actuar también en nuestro campo de acción evitando discriminaciones, reconociendo en definitiva la dignidad de todas las personas.

Joan Maria Raduà Hostench

Eix de Drets Humans de Justícia i Pau