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Seamos criaturas por un instante

13/02/2024

Estamos viviendo unos años muy complicados, imágenes de terror, convulsión, guerras, desastres, todo provocado por las ansias de poder, odio, envidia y ganas de hacer mal al otro. Gobiernos enfrentados y sin ningunas ganas de solucionar nada. Esto pasa cerca y lejos de casa.

¿Por qué no nos fijamos en los niños y aprendemos de su sencillez, de su sinceridad, de su espontaneidad y veríamos que quizás es más fácil vivir en paz? Si quieren jugar, buscan con quien hacerlo, no miran ni quien es, ni de donde es, buscan pasar un buen momento.

No hay enfrentamientos. Si vemos peleas en los niños generalmente vienen provocadas por las palabras o hechos de los adultos cercanos, de aquellos referentes en sus vidas que quieren imitar.

Si damos una mirada al tiempo de Jesús, cuando habla de cómo entrar en el Reino de los cielos habla de la importancia de los niños, así como también de otros que podríamos llamarlos excluidos de la sociedad; pero en el caso de los niños pide a sus discípulos que dejen que se acerquen a él, resaltando el hecho de que era necesario tenerlos en cuenta, que también tenían un valor en la sociedad, de la cual nadie había de ser excluido.

Una sociedad que acoge a los pequeños e indefensos está enseñando a acoger a los demás. Siempre hay quien cree que los niños pueden ser una dificultad, que molestan en el mundo del adulto, que ya crecerán y entonces ya se integrarán. Jesús cambia los valores, los bendice. Jesús insiste en que es necesario ser como un niño para pertenecer al Reino de Dios.

La grandeza no es el poder, la riqueza o el lugar que se tiene en la sociedad, sino saber estar al lado de los demás, servir al otro y ser humilde, esto es justicia.

Vivimos unos momentos a escala mundial en un mundo tan perturbado que sería necesario cambiar algunos de los valores que se consideran prioritarios y poner la mirada en las criaturas, ellas no se preocupan por ser más grandes o importantes que los demás. Comenzar a pensar que las culpas no siempre son de los demás y ver qué papel jugamos cada uno de nosotros.

Si queremos vivir en una sociedad en que la paz sea lo que destaque, hemos de comenzar a romper muchos tópicos, barreras y vivir aceptando al otro tal como es. Aceptando las diferencias y respetándonos los unos a los otros. Cada vez se habla más de inclusión, tanto a nivel educativo como en diferentes aspectos de la sociedad, pero podríamos pensar que si tanto hablamos de ello es porque podría ser que nos falta, que vemos que no lo estamos haciendo bien, que estamos repitiendo aquello que se ha de decir, pero que no nos lo acabamos de creer…, si vamos pensando que somos mejores que los demás, poco avanzaremos. Si miramos lo que nos hace diferentes y hablamos de ello y aprendemos los unos de los otros, las diferencias nos hacen fuertes y nos ayudan a entender y comprender a los demás. Normalmente no nos gustan los cambios y somos reacios a las novedades, pero cuando nos abrimos, apreciamos lo que vemos y nos hace más fuertes.

Permitámonos ser criaturas por un instante y gocemos de las posibilidades que esto nos ofrece. Dejemos de lado aquellos intereses personales que no nos dejan ver más allá y partiendo de la sencillez, de la humildad, del amor trabajemos para vivir y hacer un mundo más justo.

Noemí Cortès i Roca
Membre de Justícia i Pau